La Permacultura es un enfoque de diseño holístico que se inspira en los patrones y principios que observamos en la naturaleza para crear sistemas sostenibles y armoniosos. Su nombre proviene de la combinación de «permanente» y «agricultura» (o «cultura») y refleja su objetivo de establecer sistemas humanos que perduren a largo plazo sin dañar el entorno.

La Permacultura va más allá de la agricultura y abarca aspectos como la arquitectura, la energía, la economía, la comunidad y la cultura. Se basa en tres éticas fundamentales: Cuidado de la Tierra (que se refiere a la protección y regeneración del ecosistema), Cuidado de las Personas (que implica satisfacer las necesidades humanas de manera justa y equitativa) y Compartir los Excedentes (que se trata de compartir recursos y conocimientos con la comunidad y devolver a la naturaleza).

Los diseñadores permaculturales observan y comprenden los ecosistemas naturales para imitar sus patrones y procesos en la planificación de sistemas humanos. Esto puede incluir la creación de jardines comestibles, diseño de edificaciones sostenibles, gestión eficiente del agua, reciclaje de nutrientes y muchos otros principios y técnicas.

La Permacultura no es solo una técnica o práctica, sino un marco filosófico que promueve la colaboración, la resiliencia y la adaptación a los desafíos actuales, como la degradación ambiental, el cambio climático y la escasez de recursos. Su objetivo es crear comunidades y sistemas que sean beneficiosos tanto para las personas como para la naturaleza, promoviendo un equilibrio sostenible y regenerativo.