Terra preta

En 1542, el conquistador Francisco de Orellana emprendió uno de los viajes más épicos del descubrimiento de América: el descenso del Amazonas. Tras cruzar los Andes y construir un bergantín improvisado, se adentró rio abajo con 60 hombres en la mayor selva conocida del planeta, con la esperanza de desembocar en algún momento en el Atlántico. Sin GPS ni mapa de ningún tipo, la expedición recorrió 6000 kilómetros de periplo, topándose con todo tipo de sorpresas: árboles gigantescos, ríos negros, selvas impenetrables y sabanas despobladas, tribus de feroces mujeres luchadoras (de donde el río obtiene su nombre), pero sobre todo, un río infinito. Un mar de agua dulce donde a veces no llegaban a divisar la otra orilla.

Durante aquella travesía, la comida fue su principal problema. En sus intentos de orillar para conseguir algunas raíces o frutos silvestres, llegaron a contactar con varias tribus amigables que les ofrecieron comida a cambio de vestidos u otros objetos que llevaban encima, pero en la mayoría de los encuentros, los indígenas invitaban a los conquistadores a largarse por donde habían venido. Acribillados de flechas cuales puercoespines, flotando sobre su cáscara de nuez, iban de una orilla a otra intentando localizar cualquier cosa que llevarse a la boca (raíces, caracoles, cangrejos, frutas, tortugas,…) antes de verse rodeados por una lluvia de flechas.

Lo que estaba claro es que en algunos sitios del Amazonas había mucha gente. En una ocasión vieron fértiles poblaciones seguidas muy juntas durante 150 kilómetros y ciudades de hasta nueve kilómetros de largo que podrían haber albergado a decenas o cientos de miles de personas. Ciudades que hasta hoy día no se han vuelto a encontrar.

Dicen las malas lenguas, que aquellas enormes poblaciones indígenas pudieron perecer por las enfermedades que portaban los españoles, quedando al final únicamente pequeños núcleos aislados que no pudieron ser encontrados por las siguientes expediciones.

Independientemente de la leyenda sobre su búsqueda de El Dorado o el País de la Canela, Orellana ha quedado en entredicho durante mucho tiempo por su relato sobre estas supuestas ciudades. Antropólogos y sabiondos varios alegan que según sus cálculos es absolutamente imposible que existiera una civilización tan poblada en el Amazonas. No podría haber una agricultura a gran escala en una zona cuyo suelo es tan poco fértil.

¿Cómo es posible entonces que una selva tan exuberante como el Amazonas crezca sobre un suelo tan pobre?

La respuesta está en la terra preta.

Se ha descubierto que en amplias zonas del Amazonas las poblaciones humanas han enriquecido el suelo hasta el punto de convertirlo en el más fértil que existe. No está claro si este enriquecimiento ha sido provocado o no, pero lo que está claro es que el origen de la terra preta («tierra negra» en portugués) es humano, ya que se han encontrado siempre restos de cerámica en dicho suelo.

¿Qué características tiene la terra preta?

Estas son sus mágicas propiedades:

  • Fertilidad Sobresaliente: La terra preta es conocida por su extraordinaria fertilidad, con niveles elevados de nutrientes esenciales para las plantas, como fósforo, nitrógeno y potasio. Esta fertilidad excepcional ha permitido a las comunidades amazónicas cosechar de manera sostenible durante siglos sin agotar el suelo.
  • Alta Retención de Agua: La composición única de la terra preta confiere una capacidad excepcional para retener agua, como una esponja, lo que la hace resistente a la sequía y capaz de mantener condiciones de humedad ideales para las plantas.
  • Secuestro de Carbono: La terra preta está compuesta entre otras cosas de carbón pirolizado, que no se degrada. Puede permanecer en el suelo durante siglos, ya que no se descompone.
  • Estímulo para la actividad microbiana: Aunque el biochar es resistente a la descomposición, puede fomentar la actividad microbiana en el suelo, lo que contribuye a la salud del suelo y mejora la disponibilidad de nutrientes para las plantas.
  • Mejora de la estructura del suelo: La adición de biochar puede mejorar la estructura del suelo, especialmente en suelos arcillosos, ayudando a reducir la compactación y mejorar la aireación.
  • Reducción de la lixiviación de nutrientes: El biochar puede reducir la pérdida de nutrientes por lixiviación, ayudando a mantener la fertilidad del suelo.
  • Promoción de la resistencia de las plantas: Se ha observado que la aplicación de biochar puede mejorar la resistencia de las plantas a enfermedades y patógenos, posiblemente a través de la mejora de la salud del suelo y la disponibilidad de nutrientes.
  • Aumenta la capacidad de intercambio catiónico (CIC): El biochar puede mejorar la CIC del suelo, facilitando la absorción y disponibilidad de nutrientes para las plantas.
  • Filtración de contaminantes: El biochar puede adsorber y retener ciertos contaminantes orgánicos e inorgánicos presentes en el suelo, agua y aire.
  • Autoregeneración: La terra preta genera más terra preta. Con el tiempo, la terra preta se extiende.

Vamos, que es la solución perfecta para el suelo.

¿Cuál es el secreto de la terra preta?

La base está en el carbón pirolítico, también llamado biochar, que hace de sustrato. Es un carbón obtenido mediante la pirólisis, una combustión sin oxígeno de restos orgánicos, como la madera. Suponemos que los indígenas quemaban sus restos en montones dentro de una zanja tapándolos de alguna manera para que se carbonizaran sin oxígeno. Otra ventaja es que la pirólisis no produce CO2 (ya que no usa oxígeno).

Este carbón, si lo miramos al microscopio, veremos que tiene millones de poros. Es ligerísimo, ya que está hueco por todos lados, acribillado de agujeros y túbulos. Eso produce que tenga una superficie específica inmensa, que puede llegar a los 2200 m2 por gramo. Es decir, que un gramo de biochar ofrece una superficie de 2200 m2 donde pueden acumularse nutrientes, agua y microorganismos.

El biochar es el sustrato perfecto: es por un lado un acumulador, pero además es un super distribuidor, porque permite un acceso rápido a los nutrientes albergados en sus poros. Cuando hay exceso retiene, y cuando hay escasez provee. En sus microporos se generan micro entornos donde proliferan microorganismos y los microtúbulos son autopistas por donde viajan bacterias y hongos beneficiosos que están a la disposición de las plantas con las que hacen simbiosis.

¿Cómo podemos fabricar terra preta?

No se sabe exactamente cómo fabricaban los indios del Amazonas la terra preta, pero hay maneras aproximadas de obtenerla. Lo bueno de esta técnica es que se hace una vez y el suelo ya queda mejorado definitivamente.
En internet podréis encontrar muchos sitios donde lo explican, y hay varios métodos, pero a grandes líneas el procedimiento consiste en:

1.- Crear biochar a partir de restos orgánicos. Desmenuzarlo en trozos pequeños pero no hasta hacerlos polvo, ya que perderíamos su valiosa estructura porosa.
2.- Añadir nutrientes y microorganismos utilizando por ejemplo compost tea, residuos orgánicos, estiércol, tierra fértil, esporas de hongos, etc.
3.- Añadir minerales de fuentes diversas: arcilla, trozos de cerámica pequeños, ceniza, huesos triturados, etc.
4.- Mezclar todos los componentes, de manera que «activemos» el biochar. No se recomienda usar el biochar directamente sobre el suelo antes de activarlo, ya que absorbería inicialmente los nutrientes y agua de su entorno.
5.- Añadir agua gradualmente, de manera que quede como un puré húmedo, pero no líquido.
6.- Dejar madurar al menos 2 semanas para que el biochar absorba todo el «caldo» posible, proliferen las bacterias y empiecen a descomponer los materiales
7.- Aplicar en el suelo.

Esperamos con esta receta haber salvado el honor del pobre Francisco de Orellana, que a lo mejor no se inventó todas aquellas ciudades 😉
Pues nada, ¡os deseo buena suerte para que preparéis vuestro cóctel de terra preta y tengáis una cosecha digna de El Dorado!

Para saber más …

The Secret Of Eldorado – TERRA PRETA
Cómo hacer la TIERRA mas FÉRTIL del mundo TERRA PRETA

7 respuestas a “Terra preta”

  1. […] vegetal? Efectivamente. Esa misma cara se les quedó a los investigadores. Los pueblos selváticos suelen usar un sistema de quemas para crear suelos fértiles. El problema […]

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  5. […] Indeed. That same face The researchers stayed. The jungle peoples often use a burning system to create fertile soils. The problem is that they […]

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